LA VERDADERA RELIGIÓN

Debo decir que soy una persona con inquietudes espirituales. Creo en Dios y a lo largo de muchos años de mi vida he estado buscándolo por todas partes y en la medida de mis posibilidades, tratando de comprenderlo, sino a él, por lo menos las leyes del universo. ¡Casi nada!. Así, he podido compartir con bastante gente maneras de creer y pensar muy diferentes en esta materia, pero también puedo añadir que a veces resulta difícil distinguir qué parte de esas creencias pertenece a Dios y cuál al ser humano y sus propias interpretaciones.
Entre los diferentes orígenes de la palabra religión, la etimología más aceptada es aquella que dice que viene de la palabra latina “religare”, que más o menos significa “unir”, es decir volver a acercar al hombre a Dios. Pero también encontramos el sustantivo “religiosus”, que quería decir “escrupuloso”, por tanto, el que no se comporta a la ligera sino cuidadosamente.
Por contra, algunos ateos dicen que las religiones responden a un sentimiento de trascendencia que hace que el hombre se rebele delante de la muerte y deseo perpetrarse más allá de cuanto supone la muerte. Así, a veces este ego tan apegado a la vida se proyecta más allá de la muerte y crea una nueva dimensión de vida, cuando en realidad no hay nada.
Lo cierto es que la religión, aparte de ser motivo de discusión, ha llegado a producir guerras, defendiendo que una es mejor que la otra, es decir, que es esta la verdadera y no la otra, apartándonos así de su verdadero propósito. Y este es uno de los argumentos más sólidos para quienes no creen en la existencia de Dios. Pero como posiblemente no encontraremos nunca a ningún hombre que sea poseedor de la verdad más absoluta, tanto si cree en Dios, como si no, yo por sí a caso me preocuparía de mi comportamiento ante mis semejantes.
Por el momento sólo puedo añadir que si no somos capaces de llevar la vida (lo que conocemos y vivimos cada día) por el camino más adecuado, que nos haga vivir mejor, más felices y en un mundo también mejor cada día, qué vamos a saber de cuanto hay después de la muerte. Y por sí a caso esta vida es una cosa única, quizá lo verdaderamente importante no sea “vivirla a tope”, sino ser felices llevándose bien con todo el mundo, porque al fin y al cabo, por muchas riquezas que tengamos o experiencias que vivimos, si nuestras relaciones con los semejantes son motivos de odio, envidias, discusiones, guerras... no nos permitirán gozar de una vida demasiado feliz.
Finalmente me quedo con las palabras del Dalai Lama que dice "La mejor religión es la que te aproxima más a Dios, al Infinito. Es aquella que te hace mejor. Y te hace mejor aquello que te hace más compasivo, más sensible, más desapegado, más amoroso, más humanitario, más responsable, más ético..." Que al fin y al cabo, este es el perfecto ejemplo de Jesucristo.