LOS PELIGROS DE UNOS POLÍTICOS EN EDAD DE JUBILARSE

En estos días está hablando en los medios de comunicación que el gobierno quiere alargar la edad de jubilación hasta los sesenta y siete años. Sin más preámbulos, debo decir que me parece una medida realmente absurda o paradójica, quizá fruto de la desesperación de los políticos frente a la crisis, la mala previsión del fondo de las pensiones por jubilación y la escasa cotización a la Seguridad Social.

Sólo si nos paramos a analizar un poco el mercado laboral, podremos ver que resulta curioso que haya muchos parados de larga duración, todos ellos mayores de cincuenta, que tienen muchas dificultades para ser contratados. Pero sin duda, parece que aún será una minoría con respecto a los que pasadas estas edades, todavía están trabajando y cotizando.

Así me imagino gente a la que aún le quedaría algún tiempo para jubilarse, como un conductor de mercancías peligrosas de 66 años conduciendo de paso por una poblada ciudad; o a un obrero de 63 años colgado de una cornisa para arreglar una fachada o caminando por los andamios de una construcción; o un minero de 64 años sacando carbón de bajo tierra; o a un dentista de 65 años amolando un diente para hacer un empaste; o un mecánico de 66 años cambiando el motor de un coche; o un soldador de estructuras metálicas de 65 años haciendo la cubierta de una nave industrial.

Para suavizar su disparate, que parece se les ha ido de las manos, han añadido que dependerá de casos, pero seguro que no se jubilarán antes los casos que yo he comentado, sino aquellas personas que por su oficio, podrían estar trabajando hasta una edad más avanzada, como políticos (con dudas), banqueros y funcionarios.

Quizá lo que en realidad quiere el gobierno con esta medida es mantener trabajando a los que tienen ganas y cotizan, porque estos deben mantener a todos los otros que no tienen ganas y quieren cobrar su pensión; o a quienes queriendo trabajar, no tienen trabajo y también cobran una prestación; o pagársela a una envejecida población donde también hay un numeroso grupo de personas que por su edad, derecho y años de oficio, finalmente se han jubilado. Está claro que si se paga más de lo que se ingresa, la vaca pronto se queda sin leche.

Al fin y al cabo, medidas como estas siempre las pagan los que tienen la suerte de poder trabajar para vivir honestamente y sacar sus familias adelante sin grandes lujos.

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1, 2, 3 ...Y la Navidad se hizo.

Eran mediados de junio allá por el año 133 a.C. cuando el ejército romano acababa de invadir Asia menor. Lo cierto es que por allí no encontraron mucho con que engrandecer su imperio, pero no podían volver con las manos vacías; así que, en vistas de que carecían de una religión estable con la que someter al pueblo y dado que entre aquellas tierras se toparon con la fuerte influencia del mitraísmo, a alguien se le ocurrió la idea de importar algo que no se había hecho hasta entonces: podían llevarse una religión a casa.

No se vio ninguna estrella en el cielo que les indicase un atajo para un regreso que se vaticinaba largo ante la llegada del verano. La ruta tampoco estaba señalizada y las migas de pan que habían dejado como rastro para la vuelta, se las habían comido los pájaros. De no ser por tres o cuatro poblaciones asoladas que habían dejado a su paso, no habrían sabido volver, o habrían tardado unos cuantos años. El camino era muy largo, sobre todo, recordando que las legiones iban a pie y las autopistas no existían.

El invierno les cogió de regreso cerca de Nazaret, pero por aquel entonces, el cristianismo estaba muy lejos de toda imaginación o profecía. Los romanos celebraban por aquellas fechas las saturnales. En estas fiestas, tras las ceremonias religiosas y los banquetes, se intercambiaban regalos y visitas y a los esclavos se les concedía libertades poco corrientes, pero de nuevo empezaron a perder las nociones de su propia religión con el cargamento que llevaban. Lo cierto es que el mitraísmo prometía ser una religión ideal para el pueblo romano.

El tiempo pasó y aquella religión efectivamente alcanzó una expansión formidable, aunque estaba empezando ya la competencia del cristianismo; pero hacia el año 385 d.C, Teodosio I dictó fuertes medidas contra esta creciente amenaza a su culto. A pesar de esto, ni todos los leones del coliseo pudieron acabar con los cristianos y a alguien se le ocurrió aquello de “si no puedes con tu enemigo, únete a él”. Y fue así como el cristianismo empezó a ir ganando terreno a las otras religiones; pero por supuesto, lo que más atraía a los seguidores de una determinada religión, eran las fiestas propias de ella. Del nacimiento de Jesús, poco se sabía; cuando Él nació era un chico normal del que poco cabía imaginar su gloria, así que nadie se anotó aquella fecha como algo memorable; sí, su madre se acordaría, pero sólo mientras viviese. Echando unos siglos de por medio, evidentemente aquella fecha quedó en el más absoluto olvido. ¿Cómo se les podía haber pasado algo tan importante?.

Así que para ganarse el beneplácito de los romanos, adoptaron las fechas de las saturnales y alguna de las costumbres propias de aquella vieja religión como fecha del nacimiento de Jesús; con ello consiguieron más seguidores del cristianismo.

En su creciente expansión, el cristianismo fue topándose con otras religiones a lo largo del mundo y fue contagiándose de las otras, de las que fue cogiendo algún detalle para no discriminar a los seguidores de esas otras religiones, que finalmente acababan por seguir el cristianismo, dado que se estaba poniendo de moda y tenía muchas fiestas.

Así pues, las saturnales romanas y a fiesta pagana de los britanos, tenía lugar hacia el 25 de Diciembre. Más o menos, se estuvo de acuerdo en fijar aquella fecha como la del nacimiento de Jesús, dado que había sido muy notable en las tradiciones anteriores. También conservaron el hecho de hacer regalos.

Del mitraísmo, se adoptaron ideas como la inmortalidad del alma, puesto que aquel detalle gustaba mucho y daba más poder a esta religión, pero también la creencia en el castigo eterno de los malos y la perdurable felicidad de los buenos, puesto que aquel detalle servía para dirigir al pueblo por el camino que más interesaba: el camino del bien. En aquel mundo de hombres, las mujeres estaban excluidas de las prácticas del culto, aunque se insistía mucho en la caridad del prójimo.

Para dar color a la fecha del nacimiento de Jesús, se adoptó también la costumbre de adornar las iglesias con muérdago y acebo; decorar la casa con guirnaldas, era una costumbre nórdica de la que también se sirvió el cristianismo...

Y fue más o menos así como entre saturnales, mitraísmo, regalos, guirnaldas, caridad y demás, nació la navidad del cristianismo.

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CARA O CULO

El otro día estaba con mi mujer y un amigo y los dos se pusieron a hablar de una persona que ambos conocían; charlar a las espaldas de otro, hecho muy común entre los seres humanos. Para uno era una bellísima persona y para la otra era la encarnación del propio demonio. ¿Cómo es posible que una persona pueda tener dos caras tan diferentes?. Quizá tiene que ver la simpatía entre las personas, sentimiento muy poco objetivo y bastante egocéntrico dentro de las relaciones humanas.

Igualmente tuve la oportunidad de conocer a una compañera de trabajo, que aparte de ser poco trabajadora y que no engranaba demasiado bien dentro del equipo, porque era muy resistente a cualquier cambio y boicoteaba todas las nuevas acciones, ella siempre se esforzaba en tratar de dar la imagen contraria ante cualquier otro que no la conociese o con el que pudiese haber más simpatía. No la despedían por miedo y por ser hermana de una persona influyente. Los compañeros se quejaban al jefe, pero este acababa diciéndoles unas palabras que después no tenía valor de decirle, o por lo menos ni tan siquiera era capaz de supervisarle el trabajo o exigirle un poco más. Cuando finalmente al cabo de muchos años se decidieron a despedirla de mala manera, aprovechando una baja de maternidad, ella en seguida sacó la cara de repuesto, y lo cierto es que se sabía vender como la víctima de las manías de los compañeros y defendiendo que siempre había sentado muy trabajadora y nunca había tenido ninguna queja.

En otro lugar, se vivía una situación semejante y cuando la gente se quejaba al presidente, él decía unas cosas que daban la razón a los que se quejaban. En otro contexto, cuando los que se quejaban no estaban delante, la razón la daba a la persona de la que habían quejado. Sólo una persona neutral que está en los dos contextos puede percatarse de esto. ¿Qué podemos opinar?.

Parece que nos gusta mucho jugar a dos bandas y ganarse siempre a la audiencia que tenemos delante. Sin duda es toda una muestra de la mayor falsedad humana y de nuestra incapacidad para la conciliación, labor de todos cuantos ostentan cargos como presidentes, políticos, alcaldes, jefes...

Así que para evitar estas situaciones, pienso que lo mejor es tratar siempre todos los temas conflictivos a la cara ante todos los implicados. Sin duda es tarea difícil que puede convertirse en toda una batalla campal entre dos egos diferentes si no lo hacemos ante un buen mediador, y si el deseo de las dos partes no es llegar a la conciliación. Parece que no somos conscientes de que si en lugar de cambiar de cara, solucionamos los conflictos y acabamos llevándonos bien, todo nos irá realmente mejor.

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MEDIDAS DESESPERADAS

Hoy hay una mujer divorciada más. Hacía ya tiempo que la situación en casa era desesperada. El hombre no hacía nada. No trabajaba, tampoco atendía los hijos, ni contribuía en las tareas de la casa. También había empezado con el alcohol. El tiempo pasaba en forma de horas días, semanas, meses y años y nada cambiaba. Ella debía trabajar para poder pagar la hipoteca y la comida, además de todos los otros gastos de la casa y las necesidades de los hijos, a los que también debía dedicarles atención y tiempo. Después debía hacer las camas, cocinar, limpiar la casa y si un poco de tiempo o ganas le quedaban, quizá debía amar a su marido, que se pasaba el día en casa, sin salir más que a comprar tabaco o cerveza, hasta que también decidió comprarse un ordenador con tarifa plana de conexión a Internet, por sí la economía doméstica no estaba suficientemente magullada.
Después de pasar mucho de tiempo pensando en la decisión de divorciarse, reunió el valor necesario y se lo dijo. Su marido se mostró totalmente indiferente, como si no se lo creyese; como si estuviese convencido de que eso realmente no acabaría sucediendo. Con paciencia, ella le fue repitiendo su decisión un día tras otro, hasta que el marido empezó a percatarse que iba seriamente. Entonces él empezó a moverse y en seguida encontró trabajo, pero la decisión estaba igualmente tomada. Al ver que su mujer continuaba firme en lo que había decidido, dejó el trabajo cuando aún no hacía una semana que había empezado a trabajar. Empezó a decirle a su mujer que ella tenía un amante y por eso quería dejarlo.
Como aquella provocación tampoco surgía el efecto deseado, empezó a publicar anuncios e imágenes pudorosas de su mujer diciendo que necesitaba un hombre. Mientras tanto, él conoció a otra mujer en un chat con la que inició una relación, quizá para utilizar los celos o hacer creer que aún era un hombre deseable, pero tampoco surtía efecto. Después empezó a amenazarla que iba a suicidarse. Así un día, al volver de trabajar, le vio tirada en medio del corredor de casa, en el lado de una botella de alcohol y unas pastillas. Ella no le hizo caso. Cuando se le pasaron los efectos de la "cogorza", él volvió en sí. La mujer le presentó los papeles del divorcio que él no quiso firmar. Lo tuvieron que hacer ante un abogado unos días después, dándole un corto período de tiempo para dejar la casa. No se preocupó ni en buscar un lugar donde vivir, y no paraba de decirle a su mujer que se iba bajo del puente o que haría una locura con la que ella debería cargar siempre. Después continuó yendo a la casa cuando la mujer y los hijos no estaban para enchufar el ordenador. La situación era cada vez menos sostenible. Tuvieron que cambiar la cerradura.
Un día acabaron ingresándolo en el hospital por un intento de suicidio, pero los especialistas confirmaron que no había ningún tipo de depresión y sólo quería llamar la atención de su ex-mujer. Por el momento deambula por las calles sin afeitarse ni ducharse.
Por suerte no acabó siendo un caso más de violencia de género en la que la mujer acaba muerta, pero es un caso de maltrato psicológico como muchos otros que habrá al mundo y que pasan desapercibidos.
¿Porqué actuamos así las personas?. ¿No es mejor intentar agradar al otro o ayudarse mutuamente que tratar de doblegarlo, manipularlo o forzarlo?. Parece claro que a nivel de relaciones humanas aún tenemos mucho que aprender y corregir, porque a menudo están basadas en miedos, debilidades, inseguridades, acomodamientos, desconfianza, incomunicación...
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