Entonces, ya no hace falta ir a la universidad e invertir largos años haciendo una carrera que nunca enseñará a la gente a ser un poco más cívica, aparte de darle mejor preparación para un futuro oficio. El "zerdo" será la especie que continuará acampando por estas tierras generación tras generación, siendo cada vez más cerdo, pero no hace falta insultar estos animalitos con la comparación, porque estos sólo hacen lo que les permite su instinto, por contra, el ser humano necesita a alguien que vaya siempre tras él corrigiendo unos hábitos que cada vez se acercan más a las conductas animales, y cuando esto ya no resulta posible, sólo podemos ir tras él recogiendo la basura que deja a su paso.
BASURERO, UNA PROFESIÓN CON FUTURO
Entonces, ya no hace falta ir a la universidad e invertir largos años haciendo una carrera que nunca enseñará a la gente a ser un poco más cívica, aparte de darle mejor preparación para un futuro oficio. El "zerdo" será la especie que continuará acampando por estas tierras generación tras generación, siendo cada vez más cerdo, pero no hace falta insultar estos animalitos con la comparación, porque estos sólo hacen lo que les permite su instinto, por contra, el ser humano necesita a alguien que vaya siempre tras él corrigiendo unos hábitos que cada vez se acercan más a las conductas animales, y cuando esto ya no resulta posible, sólo podemos ir tras él recogiendo la basura que deja a su paso.
APRENDER A LIGAR
Una de las personas que atendemos donde trabajo, se pasa los días dando la vuelta a los puentes o sentado en cualquier banco de los parques cogiendo su forma y viendo a la gente pasar, ya sea invierno o verano. Es un hombre ya mayor, pero no tanto como parece y puedo decir que es una buena persona. Siempre había dependido de su madre, hasta que esta murió hace ya algunos años. Ahora la soledad y la desazón por no tener un trabajo, entre otras vivencias, hacen que deambule por nuestra ciudad envidiando vivir en pareja y poder pasear tal como hago yo con mi mujer. "Tú que tienes una mujer, me tienes que enseñar a ligar", me dice entre risas añadiendo que me quiere como un hermano.
Yo no soy ningún seductor, es más, fui seducido por mi mujer, pero le digo que vivir en pareja no es la medicina que cura todos los males; Que primero debemos querernos a nosotros mismos y que en un "mercado" donde hay mucha competencia, siempre hemos de tener algo que ofrecer al otro o que por lo menos, le atraiga. ¿A caso somos tan buenos, guapos, famosos o adinerados para que vengan a buscarnos?. Si carecemos estas cosas, debemos cultivar la imagen personal y el buen carácter, la simpatía, la conversación, la cultura, la iniciativa o las buenas aficiones y debemos ir allá donde está la gente para darnos a conocer y conocer también a otras personas. Sólo de aquí puede surgir la amistad y de ella, también puede surgir el amor.
OFERTAS DE TRABAJO
Era ya tarde y faltaba poco para que cerraran, así que según me dijeron con total tranquilidad, poco podían hacer ya, y menos con las ganas que mostraron. Parece que como la persona a quien se lo presenté iba un poco perdida y con ganas de acabar su jornada, en seguida se acercó el compañero de la mesa del lado en su auxilio. Dieron una ojeada a la documentación sin que pareciera que supiesen demasiado bien de qué proyecto se trataba. Cuando vieron los puestos de trabajo que queríamos cubrir, añadieron que sería difícil encontrar gente, y menos con experiencia. ¡Cualquiera pensaría que queríamos cubrir algún lugar en una agencia espacial!. Uno de los puestos que queríamos cubrir sí que debía tener una licenciatura, el otro sólo un bachiller. Los dos trabajos estaban destinados a tratar con personas quizá con algunas dificultades de inserción social.
En seguida echaron mano a sus listas de clasificación de puestos de trabajo y parece que resultó un poco difícil cuadrar las ofertas con su listado de calificaciones profesionales. "¡Haremos ya lo que podamos!, pero eso será para la próxima semana", añadieron antes de despedirme, no sin que les costara ponerme el sello como que yo había presentado aquella documentación, casi prefiriendo a que volviese otro día por ella.
Pero además de todo, ¿hay alguien que quiera trabajar, si está cobrando una prestación por no hacer nada?. Sé que habrá mucha gente que realmente querrá o necesitará trabajar, pero también habrá gente que se acomodará y mientras esté cobrando algún tipo de prestación y tenga sus necesidades bastante cubiertas, preferirá tirarse una temporada sabática, o por lo menos es lo que me hace pensar la gente que pasó para ver nuestras ofertas de trabajo.
Así, unos días después, empezaron a llegarnos los candidatos sin saber demasiado bien donde iban. Uno estaba estudiando unas oposiciones y decía que no le venía bien ponerse a trabajar. Otra se iba de viaje al el extranjero y sólo necesitaba que le pusiésemos el sello como que se había presentado a la entrevista. Otra nunca había trabajado con adultos y su experiencia se limitaba a los niños, así que no le interesó. Y por último la otra decía que pronto iba a ponerse a trabajar en otro lugar y por cuatro meses que ofrecíamos, tampoco le compensaba.
¿Qué pasa?. Lo cierto es que quizá haya algo que no va demasiado bien dentro de nuestro sistema laboral, pero que las reformas laborales ni tan siquiera contemplan y es que según me decía una amiga extranjera, los españoles tienen prestaciones por todo y eso hace que estén acomodados. Curiosamente otros dicen que los extranjeros vienen a quitarnos el trabajo. Quizá es el que nosotros no queremos hacer o quizá también es la verdadera necesidad vivida en sus países de origen la que les motiva a moverse para ganarse los "cacaos".
DERECHO DE PERNADA
El derecho de pernada era un privilegio feudal que establecía la potestad señorial de tener relaciones sexuales con toda doncella, sierva de su feudo, recién casada con otro siervo suyo. En su origen germánico, básicamente consistía en el derecho del señor de compartir la cama con la recién casada, derecho que éste perdería a cambio de un pago en metálico. A menudo, las exigencias del señor eran mayores cuando un siervo pretendía casarse con una novia de condición superior y el siervo se veía obligado a pedir prestada la cantidad estipulada a su propio amo, pues ello implicaba la degradación social de la novia, de su hogar e, incluso, de su familia.
Este era el reflejo de la dominación de una clase privilegiada y de la baja consideración que se tenía de la mujer en la época. Por suerte las mujeres tienen ya mayor consideración, pero quizá la clase política pretenda alcanzar unos privilegios dignos de los señores feudales.
Ahora los políticos son los primeros que se suben los sueldos, aunque digan que los congelan, dado que muchas personas ya quisieran tener el sueldo congelado en tan gran refrigerador; después nos suben los impuestos, quizá también para excusarse que en nuestro país están más bajos que en otros países europeos, claro que los salarios prestaciones o derechos de maternidad, entre otros, siguen sin que les interese compararlos; después se vende tabaco a la vez que se prohíbe fumar, porque siguen obteniendo sus beneficios de la venta, aunque sea malo para la salud; igualmente se hacen proyectos urbanísticos contrarios a la opinión pública, sin importar que haya parques naturales o patrimonio cultural de por medio, porque también se llevarán unos extras de comisión; por supuesto que de las arcas del estado también salen los banquetes, la protección personal, los chóferes; hay quienes tras haber ejercido unos años en la política, incluso tienen ya una pensión vitalicia y luego aún son contratados en otras empresas de las que obtienen otro sueldo por el que más de uno se rompería los dientes; piden que nos jubilemos a los 67 años tras un montón de años de cotización, cuando ellos son los primeros que por unos pocos años, ya tienen unas pensiones que no cobrarían ni un autobús lleno de jubilados; hacen recortes sociales para ahorrar en el gasto público, mientras ellos no se quitan ningún lujo; consienten que la vivienda alcance unos precios astronómicos, de los que también habrán sacado algún beneficio; y aunque se muestre en los medios de comunicación el malestar ciudadano, siguen haciendo caso omiso a la opinión pública y se enzarzan en parodias y acusaciones a la oposición, cuando todos han sido cortados con el mismo patrón. En fin toman todas aquellas medidas destinadas a satisfacer o favorecer a la clase noble a costa de quienes para ellos tienen la consideración de sus vasallos.
Quizá ya en nuestros días el derecho de pernada nos pueda parecer una práctica absolutamente horrorosa, pero tal vez sería lo único que nos haría vencer nuestra indiferencia ante la dominación, despilfarros o abusos de la clase política que nos gobierna. Y al paso que vamos, quién sabe si algún día acaban por instaurar este derecho de pernada.
HOMENAJE AL PEPINO
Pasadas ya las elecciones y la crisis del pepino, que al parecer ahora ha apuntado hacia la soja, curiosamente en nuestra población nos hemos librado, porque también cultivamos pepinos, pero al revés del mundo.
Así la política, arte comparado con el cultivo del pepino, resulta un tanto curiosa en nuestra ciudad, puesto que en cierta medida, igualmente parece desarrollarse un tanto al revés del mundo, o al menos, contraria a la que gobierna nuestro país. Al parecer siempre nos quedamos con la oposición respecto al gobierno central. Ahora que las estadísticas van dando como vencedor de las próximas elecciones a un partido, nosotros también continuamos quedándonos con el de la oposición, que era el que gobernaba antes cuando nosotros igualmente habíamos elegido el “contra-partido”.
¿Qué tendrá nuestra ciudad para que se produzca este fenómeno?. Seguro que no hay nada tan extraño si se compara con el gobierno autonómico, que tras haber salido a la luz numerosas controversias oscuras del que nuevamente es nuestro representante, salga electo otra vez más y encima aún tenga la desfachatez de ir a celebrarlo con un banquete por todo lo alto. Es otra bofetada más para los contribuyentes, cuyo malestar parece que nunca acaban de escuchar los dirigentes ni tras las manifestaciones en las plazas.
Es en estas situaciones cuando uno se pregunta porqué una vez más es esa buena gente la que se intoxica supuestamente al comer un pepino y nunca se lo comen quienes tendrían que habérselo comido y experimentado algo más que una simple indigestión acompañada de unas diarreas mortales.
La explicación quizá podamos encontrarla en que lo malo, se dosifica en las vidas de las personas y todos acabamos por experimentar o representar ese lado malo. Así hay quien se conforma con poco y es feliz con lo que tiene y con su trabajo y el día menos pensado, se muere de un accidente o una indigestión. Es la parte mala de su vida feliz. Con un atrevimiento quizá digno de excomunión, me atrevo a anotar que así también hay gente con un físico tan poco agraciado y saludable, y seguramente con la vida sexual de una lechuga, que el pobre no tiene otra cosa mejor que hacer para darle sentido a su vida que llenarse los bolsillos de poder y dinero, llevándole a cometer abusos de poder, malversación de fondos públicos o quién sabe qué otras artimañas que le libran de la indigestión para darle sentido al refrán que dice “mala hierba nunca muere”. Quizá esta es la parte buena de una mala vida y que los demás hemos de conocer para ver que el mundo es un lugar lleno de injusticias, con muchas cosas buenas, pero también con otras tantas malas.
BIODESAGRADABLE
La semana pasada se me rompió la lavadora. Es una máquina que ya lleva unos 11 años de servicio y que incluso ha sobrevivido a un alquiler. Últimamente hacía un ruido extraño hasta que el tambor se quedó bloqueado y ya no rodaba. La cosa no pintaba bien y ahora no puedo permitirme comprar una lavadora nueva, a pesar de que pudiese pagarla cómodamente a plazos con la tarjeta.
De pequeño recuerdo a mi padre arreglando la lavadora de casa más de una vez. Generalmente se trataba de los rodamientos. Así, habiendo heredado con orgullo muchas de sus habilidades, me decidí a desmontarla. Efectivamente se trataba de uno de los rodamientos, pero del motor. Así que debí desmontar un motor que me sorprendió ver que era de fabricación española, pero sacar los rodamientos me resultó imposible. Estaba hecho para que no fuera desmontado.
Sin dudarlo, fui a ver a mi padre, que donde trabaja seguro que lo podríamos desmontar. Hacía años que no visitaba aquel taller en el que trabajé cerca de siete años. Finalmente lo conseguimos, pero el eje estaba un poco estropeado. Él le pegó unos puntos de soldadura y después lo pasó por el torno. Se quedó como nuevo y el rodamiento nuevo encajó a la perfección. Así, entre desmontar, arreglar y montar, tardé casi dos horas, pero ahora la lavadora va como nueva, sin ningún ruido y posiblemente pueda esperar que vengan tiempo mejores para jubilarse y ser sustituida por una máquina que seguro ya no vivirá lo mismo.
Resulta curioso que nosotros cada vez tengamos mayor higiene, alimentación, salud y calidad de vida que nos permite vivir más, pero en cambio, los aparatos que hacemos cada vez duran menos. Así fabricamos cosas sólo para vender más y más, hasta el punto que resulta más caro comprar un recambio que el aparato nuevo, que pronto queda obsoleto por otro supuestamente mejor. Ahora cada año podemos cambiar de móvil o cada dos años, aguantándolo mucho, cambiar de ordenador o de consola de videojuegos, porque han quedado obsoletos o el nuevo es más rápido o nuestro ordenador ya no es compatible con el nuevo “software”. La ropa también dura sólo una temporada, porque pasa de moda, pierde color, se deshilacha o se hace llena de bolas. Ya no le pasamos la ropa del hermano mayor al hermano pequeño o los libros de la escuela, tampoco aprovechan para el hermano porque los han cambiado, e incluso cada uno tiene su propia habitación.
Somos esclavos del consumo, pero vivimos dentro de un modelo de consumo que en realidad es insostenible, agotando los recursos naturales y creando gran cantidad de desperdicios, muchos de ellos difíciles de reciclar, mientras hay países donde la gente ni tan siquiera tiene lavadora, televisor o coche. Pero además de todo, es un modelo de consumo que a veces nos obliga a vivir por encima de nuestras posibilidades, no sólo económicas, sino también como habitantes de un planeta superpoblado, haciéndonos comprar un día detrás de otro; haciéndonos creer que también seremos más felices o tendremos mayor prestigio si tenemos este televisor o el otro coche.
Y ahora que vivimos una de las mayores crisis de la historia, nos preguntamos porque o cuánto nos durará. Lo cierto es que la cosa no pinta nada bien y otra cosa también es cierta y es que si no aprendemos estas y otras muchas cosas a base de la lógica o la razón, acabaremos aprendiendo, pero a base de coscorrones, que seguro que nos llevarán a una situación aún más grave que la que estamos viviendo actualmente.
PAN Y CIRCO
Parece que esta vieja fórmula de los emperadores más corruptos del Imperio Romano, sigue teniendo vigor gracias al tipo de democracia imperante en nuestros días. Basta un poco de pan y mucho circo, mucho espectáculo para contentar a la plebe y que no se amotine ante la corrupción y el lujo con el que vive la clase política.
Por ejemplo, actualmente el entretenimiento lo podemos encontrar en las noticias, siempre muy parciales o que constantemente nos retratan lo peor, pero más especialmente lo podemos encontrar en el fútbol, las telenovelas y películas o los "reality show". Satisfechas las necesidades básicas de alimento en nuestra sociedad, quizá el pan ha sido sustituido por otras comodidades o falsas necesidades, como televisores de LCD, móviles, moda, coches, estética...
Pero empieza a haber gente que no se distrae con el fútbol, que está hasta las narices de la corrupción y los abusos políticos o financieros. Empiezan manifestándose o acampando en las plazas de las ciudades.
En nuestra localidad, al pasar por la plaza y ver esas chabolas o a algunos de sus ocupantes, quizá fácilmente podamos pensar que se trata de cuatro hippies desaliñados que se pasan el día fumando porros y sin trabajar. Al menos esto fueron algunas de las primeras impresiones de algunos amigos míos e incluso propias. Al principio, cuando se les preguntaba qué pretendían conseguir o quienes eran, tampoco parecía que lo tuviesen demasiado claro, según me comentó otro compañero que igualmente se acercó movido por la curiosidad. También puedo decir que no había mucho público que pareciese estar interesado en ese movimiento, porque quizá nuestros prejuicios nos hacen creer que la imagen aún es importante por mucho que se quiera proclamar lo contrario, según pude debatir con otro compañero que también se había pasado por allí, y al igual que yo, también conocía a alguno de los manifestantes.
En otra ocasión, pude ver a gente respaldando el movimiento aportándoles comida, pero la mayor parte de la población continuaba quedando indiferente. En los coloquios de las tardes no parecía haber mucha organización, pero un día después, pude ver que empezaron a formarse grupos, quizá algo más numerosos y que le daban mucha vida, color y una agradable calidez a la plaza de nuestra ciudad.
¿Cuánto durarán?. ¿Acabarán desalojándolos a la fuerza?. ¿Realmente conseguirán algo o se convertirán en el circo hecho especialmente para los políticos?. Sólo queda anotar que el cambio que promulgan es necesario y de un modo u otro, tarde o temprano, empezará a cuajar, aunque tengan que dejar la plaza. ¡Valor, fuerza, ánimo y unión!, pero sobre todo, prudencia, pacifismo y organización.