Llegan las vacaciones y todo el mundo aprovecha para hacer lo que está dentro sus posibilidades: hay quien se va de "camping" o visitar cualquier lugar del mundo, o quien alquila un apartamento en la playa, pero también hay quien se queda en nuestra ciudad y no puede hacer otra cosa sino ir al campo o a la piscina y de vez en cuando, también va un día a la playa. Yo estoy entre estos últimos y así, un día en el "Racó de San Bonaventura", me encontré unas bolsas de basura colgadas en un árbol: "que persona más considerada, la que deja la basura así, en lugar de esparcirla por todas partes", quizá pensó aquel que lo hizo con la conciencia muy tranquila, pero yo no lo creo así. Dicen que cuando visitamos un espacio natural, detrás de nosotros todo debe quedar como si no hubiéramos pasado por aquí, y en nuestra mochila igualmente podemos llevarnos a casa o cualquier contenedor los envases o las envolturas de cuanto hemos llevado para comer. Pero parece que el "zerdo", es una especie que cada vez abunda más en nuestras tierras, lástima que de él no se pueda hacer embutido, sacar jamón o chuletas. Lo mismo me pasó en la playa, pero con menos consideración. Por la arena encontré botellas vacías, latas, envolturas de un helado, colillas, e incluso, la piel de un melón, que aunque sea natural y biodegradable, igualmente resulta bio-desagradable encontrarnos esto cuando vamos a tomar el baño.
Entonces, ya no hace falta ir a la universidad e invertir largos años haciendo una carrera que nunca enseñará a la gente a ser un poco más cívica, aparte de darle mejor preparación para un futuro oficio. El "zerdo" será la especie que continuará acampando por estas tierras generación tras generación, siendo cada vez más cerdo, pero no hace falta insultar estos animalitos con la comparación, porque estos sólo hacen lo que les permite su instinto, por contra, el ser humano necesita a alguien que vaya siempre tras él corrigiendo unos hábitos que cada vez se acercan más a las conductas animales, y cuando esto ya no resulta posible, sólo podemos ir tras él recogiendo la basura que deja a su paso.