ANTICONCEPTIVO NATURAL


No sé qué sucede en nuestro país, pero parece que durante este verano, o muchos otros más, cada día se han ido produciendo más incendios no deseados para una gran mayoría, que contemplan impotentes como se destruye ese patrimonio natural que ya no volverán a conocer en vida, y que incluso han acabado con las vidas de personas que han trabajado por su extinción.
Así, cualquiera de nuestros bosques, puede necesitar unos ochenta años o más para presentar el aspecto que tenía antes de ser devastado por un incendio. Y casi con seguridad, podríamos decir que ninguna de las personas que viven hoy en este mundo, vaya a vivir mucho más de cien años más para verlo completamente regenerado.
Por suerte, la naturaleza de la tierra, mucho más longeva que el hombre, ha mostrado una gran capacidad de supervivencia y adaptación para renacer ante cualquier desastre de magnitudes mucho superiores a un incendio, catástrofes todas ellas producidas de manera natural, bien por la caída de un rayo, un terremoto, la erupción de un volcán o la colisión de un asteroide de muy grandes dimensiones, que incluso haya llegado a extinguir la vida animal en la tierra.
Hablando con una persona que era un tanto entendida en la materia, decía que todos los bosques se deberían regenerar cada ciento cincuenta años. Claro que esto va mucho más allá de lo que dura una vida humana, que la naturaleza se regenera, pero esas mismas personas fallecidas en la extinción, no se regenerarán. Y si así es necesario, ¿porqué nos molestamos tratando de extinguir un incendio, en vez de dejar que él sólo se extinga y de este modo la naturaleza se vaya regenerando?. Así, discrepando con él en este sentido, quizá sin haber profundizado mucho más en estos puntos de vista en apariencia diferentes, creo que un hecho es que se produzca de manera natural y otro muy diferente, inducido por las manos del hombre, en bastantes de los casos, por intereses de una minoría, que incluso hacen ya que estos sucesos queden envueltos en ese clima mafioso que dice "que parezca un accidente".
Como manera de protección del medio natural, quizá las administraciones acaban adoptando medidas como prohibiendo la acampada libre, o la circulación de bicicletas o motocicletas por la montaña, o prohibiendo hacer fuego o arrancar una planta aromática, o no permitiendo talar árboles o que paste el ganado, incluso dentro de una finca particular. Tampoco permiten actuaciones en los montes quemados, queriendo dejar que la propia naturaleza se abra camino y se regenere ella misma. Esta regeneración natural, lenta, progresiva y de carácter “salvaje”, no tiene en cuenta al ser vivo llamado hombre y que tanto la devasta, que se mueve a su antojo en el entorno natural, que deja destrucción o desperdicios a su paso, que incluso se atreve a arrasar el planeta o una montaña entera en interés propio de unos pocos a corto plazo.
Siendo como somos los seres humanos, que no tenemos reparo alguno en dejar desperdicios en un paraje natural que hayamos visitado, o que actuamos con imprudencia al realizar algún tipo de fuego en zonas de riesgo, o incluso, movidos por los intereses mezquinos que llevan a provocar incendios intencionadamente, pienso que para prevenir los incendios, como si se tratase de un embarazo no deseado, hay que proteger los montes, controlando su crecimiento, ayudándoles en la regeneración, manteniéndolos limpios de esa vegetación salvaje y desmesurada que es todo un polvorín ante esas deshonrosas acciones humanas. Desgraciadamente, al parecer, algunos acaban decidiendo que la mejor manera de que no haya incendios es quemando todos los bosques de antemano, al igual que otros promulgan la castidad para prevenir embarazos no deseados.