Ayer mi suegra se fue de viaje y le dijo a mi mujer que le paseara el
perro. Este es un macho bastante tranquilo que tiene cerca de dos palmos
de altura pero que se encontró con otro perro con el que parece que no
simpatizó. En seguida mi mujer fue corriendo a por él para atarlo. Ella
es una de estas mujeres que hoy llevan los cabellos cortos, hasta el
punto que a veces pueden confundirse con un chico.
La persona que llevaba el otro perro, un hombre que ya había cruzado la
edad de la jubilación, hizo como el perro: no simpatizó con ella y en el
intento de defender a su animal, mientras ella se agachaba para atar al
suyo, el hombre la empujó de la cabeza de tal forma, que a ella le
cayeron las gafas. Ante una reacción tan hostil, con gran sorpresa, los
mecanismos de defensa de una chica que acostumbra a ir al gimnasio se
pusieron en marcha. Se cruzó alguna palabra malsonante y poco más. Me
resulta imposible creer que ella estuviese enredada en una reacción
hostil y más con una persona mayor, porque es una persona tranquila,
respetuosa y muy pacífica, pero aquel abuelo "le calentó las castañas".
Ella le indicó que era una mujer, pero aquel señor, que perdió su
consideración y el respeto que como persona adulta podía merecer, con
una osadía de adolescente y más palabras malsonantes, con decisión e
intención, continuó diciendo que tampoco lo importaba pegarse con ella;
continuó el ataque argumentando que los jóvenes de hoy en día no tienen
ningún respeto por las personas adultas. Por suerte, ella tuvo cabeza
para no continuar la pelea y dejar que aquellas fieras se fuesen
babeando y maldiciendo a la juventud a sus espaldas.
Actualmente puede ser que los jóvenes están en la situación más crítica
y conocida de la historia, pero si los adultos no son capaces de
comprenderles, de conducirles, de tomar las medidas necesarias y de
mantener la cordura o se dejan gobernar por los prejuicios pensando que
todos son iguales, ya poco le queda hacer a una sociedad que cada vez
será más decadente. No hay tiempo que perder y todos tenemos mucho para
hacer antes de que sea tarde.