NOS VAMOS DE BODA

Después de perder mi virginidad a los veintinueve años y según creen algunos, haber estado viviendo en pecado durante seis años por no haber estado casado, sino registrado como pareja de hecho, ahora por fin hemos tomado esta seria decisión, eso sí, cuando el juzgado y su burocracia nos lo han permitido.
Por fin nos ha llegado la fecha, que era la única posible en todo el mes de mayo y a la única hora disponible. ¡Sinceramente pensaba que era más sencillo casarse!. Ahora no es que yo pueda tener ningún recelo a los sastres, joyeros o camareros de salón, pero nosotros no vamos a hacer ninguna ceremonia con bombo y platillo, en la que mudados como palmitos, después de decirse que “SI” uno a otro intercambiando unas arandelas de oro que ponerse al dedo y haber repartido tarjetones a gente que no vemos desde primaria, nos vamos a hacer un gran convite multitudinario en el que sacar dinero para pagar el propio convite, el viaje de bodas y buena parte de los electrodomésticos de la casa, para dentro de unos meses, o con suerte, años, acabar separados.
Posiblemente la nuestra sea una de las ceremonias que alguien se pueda atrever a nombrar “la más cutre de la historia”, pero no vamos a hacer ningún negocio ni rompecabezas. Después de tanto tiempo, para nosotros sólo es un trámite que aparte de los quince días de fiesta, alguna ventaja más debe tener, porque todo el mundo dice que no merece la pena casarse, pero ciertamente todos se han casado. Yo voy a investigarlo y ya os lo contaré.
Debo decir que después de seis años continúo enamorado de la misma persona, eso sí, intento regarlo cada día como el primero. No he tenido la suerte o la desgracia de haber conocido a nadie más antes de que a ella, así que para mí es toda una ventaja porque ella es única y no la puedo comparar con cualquier otra; lo cierto es que no es necesario hacerlo, dado que también es el gran error de una variada oferta en un mercado de consumo, en el que si no te gusta esta pareja, la puedes cambiar fácilmente por otra.
Sin duda la belleza femenina es una de las cosas más bonitas del mundo y yo me he cruzado con la de una mujer con voz de ángel, dulce y tierna, con mirada inocente, sencilla, paciente y que por sí fuera poco, es una buena chica y persona. Espero estar a la altura velando por su felicidad y dar lo mejor de mí, mi respeto y ayuda y así descubrir juntos un nuevo camino que recorrer con ilusión, a pesar de que pueda estar lleno de retos y sacrificios, pero que habiendo amor, seguro podremos superar.