TIEMPO DE CAMBIO

Quedando ya atrás un año que ciertamente ha dejado bastante regusto amargo a causa de la crisis, empezamos un nuevo año. A menudo las personas hacen propósitos de cambio ante un nuevo año como una manera de marcar el comienzo de una nueva etapa en sus vidas y también con la esperanza que el nuevo año sea siempre mejor que el anterior.
Quizá es el momento que cada uno haga esos buenos propósitos para su vida, pero que en cierta medida también reviertan en otras personas, que seguro harán mejor nuestro entorno y así igualmente también revertirán otra vez en nosotros mismos.
Como todo cambio, a pesar de que suponga esfuerzo, si algo hemos aprendido de todo lo que queda atrás, para superarlo debemos saber adaptarnos y abrirnos a nuevas posibilidades y hacer que todo lo que por el momento sólo son “buenos propósitos”, realmente lleguen a convertirse en hechos.
Así, cada uno en la medida de sus capacidades y posibilidades, podamos hacernos el propósito de vencer todos nuestros miedos y mirar el futuro con optimismo; podemos mejorar nuestra imagen con un buen sonrisa; podemos dedicarle más tiempo a ofrecerlos una buena educación integral a los hijos y también a dedicarles más tiempo de juego con ellos; podemos tratar de mejorar nuestras relaciones con los vecinos, los compañeros de trabajo, los conocidos o incluso, la gente de la calle; podríamos ser un poco más honrados, más conformistas, más justos, más comprensivos, tolerantes y solidarios; igualmente podríamos ser menos avariciosos, menos egocéntricos, menos consumistas; también podríamos dedicar un poco más de tiempo a relajarnos e ir menos estresados organizando bien nuestro tiempo y nuestras rutinas diarias; podríamos esforzarnos al ser más responsables al volante del coche y conducir con calma; podríamos denunciar todo tipo de abuso que encontremos, sólo para hacerlos saber a sus autores que deben cambiar la manera de actuar; podríamos ser más respetuosos con las personas mayores y ofrecerles calor en una vida que poco a poco se hiela; podríamos llevar ilusión, humor y alegría a la gente que lo necesita; podríamos hacer mejor nuestro trabajo, aceptando nuestro lugar, tareas y responsabilidades; podríamos cuidar nuestro medio ambiente depositando la broza donde ha que, utilizando el coche solo el verdaderamente necesario y también consumiendo solo lo que es necesario; podríamos servirnos la ración justa en el plato por que no se tire la comida o no engordar; podríamos ser menos gruñones o agresivos y más pacifistas o conciliadores; podríamos ser guía de las personas que caminan perdidas...
Pero sobre todo, también podríamos difundir por lo menos parte de este mensaje, no sólo en palabras, sino igualmente con hechos. Y después de todo, seguro que también nos quedará tiempo para trabajar y además que lo haremos mejor, también puedo garantizar que seremos más felices en todos los ámbitos de nuestra vida y cambiaremos el mundo.