Resulta curioso pensar que algunos escritores o el cine han imaginado viajes a la luna, al fondo del mar, el control remoto, los teléfonos móviles, la videoconferencia, los robots, las naves espaciales... mucho antes de que sean una realidad. ¿Podríamos considerarlo profecías? Es una posibilidad, pero sin duda antes lo atribuimos todo al increíble poder de la imaginación, que previamente a materializar muchos de estos elementos, ha sido capaz de verlos. Después, teniendo ya la dirección en la que apuntaba esta creatividad del ser humano, sólo faltaba encontrar la forma de convertirlos en realidad. Una vez creado todo esto, deja de ser ciencia-ficción, pero la creatividad no para, va más allá, imagina objetos o situaciones nuevas de las que con el tiempo, parece que llegamos a tener delante de nuestras narices.
Curiosamente, el cine o los escritores también han imaginado mil y una catástrofes apocalípticas con guerras, escasez de recursos naturales... Así, a lo largo de los últimos años he visto ya más de una película que también apuntan hacia unas sociedades en la que sólo existirán dos clases sociales: la gente sumamente rica, que vive con un lujo y calidad de vida exorbitante; y la gente sumamente pobre, sin más destino que trabajar esclavizados por una miseria para mantener el elevado nivel de vida de unos pocos ricos. La tecnología, la salud, la educación, el poder, la comodidad, sirven únicamente a esta pequeña porción de clase rica. El resto de personas viven sin apenas recursos, sin alimentos, sin medios para cuidar de la salud y trabajando duramente para intentar mantener lo poco que llegan a tener.
¿Nos muestra ya el cine esas visiones para que nos vayamos haciendo a la idea? ¿Serán una nueva realidad? ¿Lo permitiremos viviéndolo de forma pasiva, como algo que ya tenemos asumido porque el cine ya nos ha ido acostumbrando?