EL DOMINIO DE LOS DINOSAURIOS

Se dice que los dinosaurios dominaron la tierra durante el Jurásico y el Cretácico por su capacidad de adaptación tras unos períodos de extinciones masivas provocadas por los cambios de las condiciones del planeta. Pero tras unos 160 millones de años de existencia, se extinguieron. De esto, hace ya otros tantos 65 millones de años. Es decir que el ser humano acaba de nacer, pero ya se desmarca claramente como la especie dominante del planeta.

Aunque no contento con esto, dentro de nuestra misma especie, desde antiguo ha maquinado las mil y una maneras para dominar o controlar al otro, pero básicamente estas formas de dominio se podrían clasificar en tres grandes grupos: El dominio por medio de la fuerza bruta (garrote, violencia física, armas…); el dominio haciendo uso del miedo (las fuerzas sobrenaturales, comparando con sucesos históricos, hipotéticos o ficticios…); o por medio del abuso de poder (castigo, burocracia, economía…).

Quizá, llegadas estas fechas, podemos observar una clara forma de dominio de los adultos sobre los niños, dada entre algunos padres o educadores de infantil, que amenazan con que “el paje te vigila” o “si te portas mal no te traerán juguetes”, “te traerán carbón”, pero incluso fuera de la Navidad quedan vestigios del “hombre del saco”. Me parece algo desfasado y repelente, ¿pero de qué otra forma podríamos controlar a esos niños activos, ávidos de explorar, descubrir, experimentar, que incluso miden y desafían a los adultos?. Según sus inquietudes, intereses y prioridades, será labor de cada uno averiguarlo, pero quizá lo más cómodo es replicar lo que otros hicieron con nosotros, sin siquiera cuestionarlo y valorarlo, posiblemente hasta que llegue el día en que nos extingamos.

Así, desde pequeños, nos desarrollamos amamantados por el miedo y el castigo, aprendiendo ya a vivir subyugados a la autoridad, por muy rebeldes que después nos podamos creer o actuar. Quizá es una misión de las nuevas generaciones ir acabando con estas formas de actuar, porque sólo así podremos dar cabida a nuevas maneras de relacionarnos y otros acontecimientos.