SÓLO SOY UN ALCOHÓLICO

La influencia de los amigos, vivir la misma situación en casa, la soledad, una mala separación conyugal, la falta de trabajo y otros problemas son a veces algunas de las causas que llevan a la gente a apoyarse en el alcohol o también otras drogas buscando olvidar u ahogar todas sus desgracias, a pesar de que sólo sea durante unos momentos, porque quizá carecen de las fuerzas o capacidades para hacer otra cosa y buscar una solución.

También hay gente que utiliza el alcohol o las drogas por placer, como elección personal y a veces prefieren vivir en la calle, antes de que llevar una vida “normalizada”, con sus horarios, responsabilidades, tareas, obligaciones y pagos.

A veces pasan los años y algunos se percatan que los problemas no se solucionan así, es más, se agravan, incluso llegando a perder la relación familiar, el trabajo o la salud. Algunos deciden ponerse en tratamiento con verdaderos motivos de cambio, pero otros sólo buscan subsistir una temporada de centro en centro; de tratamiento en tratamiento o esperando conseguir algún tipo de prestación.

 Hay numerosos tipos de tratamiento, pero sobre todo, uno de los puntos más difíciles es la necesidad de apoyo de las personas que sufren una adicción, porque quizá la “profesionalidad” está contraindicada con la implicación emocional y personal.

El hecho de cambiar completamente de vida, abordando las capacidades personales, la formación, las habilidades domésticas y sociales, el cambio de entorno y la ocupación laboral son puntos de su tratamiento, pero a veces ese tratamiento se lleva a cabo en centros cerrados, fuera de los cuales se enfrentan a una nueva vida que no siempre es fácil rehacer y menos a medida que pasan los años y en solitario.

La soledad es así una de las principales dificultades que a menudo malogran todo el tratamiento anterior, porque una vez acabada la estancia en un centro, se enfrentan otra vez a su propia realidad, sin buenos amigos, sin pareja, sin apoyo familiar, sin habilidades sociales, sin casa, sin trabajo...

Al fin y al cabo, ¿Quién quiere ser amigo de alguien que ha tenido problemas con el alcohol u otras drogas?. ¿Quién quiere darle otra oportunidad después de los quebraderos de cabeza que quizá les haya ocasionado?. ¿Quién quiere implicarse de manera “personal” en ayudar que a una persona vaya adelante?. ¿Quién quiere pasar el rato con una persona que a veces ni tan siquiera puede tener conversación?.