VENENO EN LA SANGRE

Quizá es difícil llevarse bien con todo el mundo y a veces pueden producirse fricciones en el trato con las personas y más cuando se interactúa con ellas bastante tiempo, por el trabajo, amistad, vínculos familiares, etc. Pero ¿Qué pasa cuando estas asperezas no se liman y de alguna manera continúa existiendo esa clase de relación?. Hay gente que tiene mucha facilidad para perdonar, o algunos que simplemente lo dejan pasar y olvidan, pero hay otras personas que se guardan las ofensas en una mochila, como una mascota que llevan siempre encima, y las alimentan día a día, quizá esperando el momento de poder vengarse y tirarles a la cara todas sus miserias o el peor menosprecio a quienes les han causado algún agravio.

Se dice que el resentimiento es un deseo de venganza, de poder desquitarnos y ver al otro sufrir. Pero también nos mantiene atados al pasado y nos impide ver cualquier opción u oportunidad futura de mejora. Algunos también pueden llegar a pensar que la vida es injusta con ellos, pero realmente la vida es igual para todo el mundo. Debemos tener claro que hay cosas que no podemos cambiar, aunque no nos gusten.

Lamentablemente, todos hacemos y decimos cosas que bien pueden gustar o desagradar a los demás, o bien los otros no siempre actúan como nos gustaría, ni tan siquiera nosotros actuamos siempre como gusta a los demás, por muy complacientes que queramos ser. Esto último nos da superficialidad y falsedad en nuestras relaciones y tampoco es la solución, porque continuamos alimentando el dolor de nuestro interior. Si realmente nos moviesen acciones honestas, con igualdad en el trato de persona a persona, aclarando bien toda pequeña insatisfacción o percepción que nos resulte dolorosa, dejaríamos de guardar resentimientos, así ganaríamos con nuestras relaciones personales y por tanto, también seríamos más felices.

Como decía Buddha, “Aquellos que están libres de pensamientos de resentimiento, viven en paz”. O según Norman Vincent Peale, creador de la teoría del pensamiento positivo, “El resentimiento no daña la persona contra la que usted mantiene esta emoción, todo al contrario el resentimiento lo está comiendo a usted por dentro”.

Pero añadiendo frases como estas, quizá la más aclaratoria es la observación de la actriz Carrie Fisher, quien dice que “El resentimiento es como tomar veneno esperando que la otra persona muriese”.