¿POR QUÉ?

El sábado pasado, poco después de la hora de comer, mientras paseaba con la familia y el perro por la ciudad, pasamos por delante de un cajero automático donde había tres personas, parece que un poco enojadas entre ellas. Una de estas, estaba un poco más disgustada y levantaba la voz, preguntando porque le tenía que pasar a él, precisamente eso, en fin de semana. Parece que se había quedado sin libreta porque el cajero se la había tragado, y por tanto, también resultó que no podría sacar el dinero que necesitaba.

Lo que mejor se pudo oír, es como preguntaba por qué tenía que pasarle a él. Los otros, más que tratando de calmarle, aún parece que le estaban riñendo.

Resulta curioso, pero seguramente muchos nos hemos hecho esta pregunta alguna vez en la vida, no porque nos haya podido suceder esto con un cajero, sino por muchas otras cosas, como por ejemplo cuando se nos pincha la rueda del coche, precisamente el día que tenemos prisa; o cuando al vecino de arriba se le revienta una tubería, que hace que acabe inundándonos la cocina o el lavabo; o cuando la policía se encuentra nuestro coche en un vado y pone una denuncia, aunque haya sido sólo por unos momentos y lo encontremos a media faena; o cuando precisamente nuestra empresa cierra o hace una regulación de empleo y nos quedamos sin trabajo; o cuando tenemos que pagar una derrama en la comunidad o una reparación del coche, cuando peor le viene a nuestra economía doméstica; o cuando la pareja se enamora de otra persona y acaba dejándonos; o cuando la marcha atrás que no había fallado nunca, acaba dejando embarazada a la mujer; o cuando vamos a pagar con la tarjeta y esta no funciona; o cuando buscando la parejita del que tenemos, nacen mellizos... ¡En fin!. Por miles de cosas más.

¿Por qué?. Esta es una pregunta que también hacen a menudo los pequeños, en esa edad en que empieza a despertarse la curiosidad. Sin duda, esta es la gran pregunta que ha atormentado al ser humano y le ha hecho moverse o cavilar en busca de respuestas que no se conforman con un “porque sí”.

A veces, buscando explicar estas situaciones que nos hacen cuestionarnos la vida, quizá cuando no hemos podido encontrar respuestas palpables, unos han dicho que cuando las cosas nos van mal, es por un mal karma que tenemos acumulado; otros dicen que es un castigo de Dios; otros que todo es fruto de la casualidad; también hay quien dice que todo forma parte de las leyes del caos que rigen el universo; o incluso hay quien afirma que es parte del destino y de lo que hemos venido a aprender en esta vida.

A pesar de que también podemos encontrar otras respuestas palpables, todo son explicaciones que pretenden dar respuesta al hecho de que no podemos controlarlo todo. Y quizá mientras no aceptemos que hay cosas que escapan al nuestro control o que no necesariamente deben gustarnos o suceder como nosotros quisiéramos, la vida transcurrirá, quizá haciéndonos sentir disgustados, malhumorados, frustrados...