CARNE O PESCADO

A mí me gusta mucho el pescado y de la misma manera, también tengo muy clara mi identidad y atracción sexual, que por suerte es socialmente la mejor aceptada, por muy progresistas que algunos se consideren. Yo no sé si manifestarme a favor o en contra de la homosexualidad, es más, conozco algunos y son bastante normales con respecto a cualquier otro aspecto de sus vidas se pueda referir. Ni me han mordido, ni me han tirado nunca los trastos y más o menos te acostumbras a verlo. Admito que me parece un poco extraño, pero igualmente es como también me lo pueda parecer otra cultura diferente a la mía.

Posiblemente podamos creer que es una cosa de ahora, a pesar de que hace muchos años que la homosexualidad camina por el mundo y hace relativamente pocos años que ha salido de la sombra o del armario, y más en estos últimos. Ha sido motivo de persecución a lo largo de la historia, burla e incluso aún quedan países en los que está condenada con la muerte. Se considera una aberración que va contra naturaleza. Otros la consideran una enfermedad o una alteración genética o un problema de aprendizaje de identidad sexual, pero lo cierto es que también podemos observar estos comportamientos en muchas especies animales y aunque podamos pensar lo contrario, también quedan culturas en las que es aceptada y practicada con total naturalidad.

Sobre su aceptación, pienso que entran en juego intereses políticos, derechos humanos y factores culturales, pero en oposición nos encontramos las creencias religiosas, culturales o la propia biología. Yo sólo me pregunto ¿porque se da esta circunstancia?. ¿Porque tanta persecución y condena?. ¿Debemos aceptarla o castigarla?. Quizá antes de opinar cabe pensar en cómo se siente esa persona que en este aspecto es diferente a la norma aceptada, ponerse en su piel y vivirlo conscientemente, porque lo cierto es que siempre opinamos de lejos.

Pienso que es común confundir el amor en sexo, o también acabamos reduciendo el amor a una buena relación de pareja, en la que parece sólo pueden quedar implicadas a dos personas de sexo contrario, con una finalidad puramente reproductiva. Alguien podría decir que el amor también se manifiesta en una relación entre padres e hijos, pero poquito más se puede decir del amor. Algunos también hablan del amor al prójimo o el amor de Jesucristo como una de las máximas aspiraciones del ser humano que generalmente acaban reduciéndose a pura utopía.

Después tenemos el sexo, que en los seres humanos es mucho más que la simple reproducción de la especie. Es una de las partes importantes del desarrollo de la personalidad y las relaciones sociales; también refuerza el vínculo afectivo dentro de la pareja; libera tensiones... pero ¡con cuidado en atentar contra la integridad personal, los derechos, y libertades humanas!.

Quizá cabe pensar que estamos atrapados dentro las barreras físicas y culturales y de alguna manera, hay algo que nos hace cuestionarnos si es posible salir de nuestras jaulas.