POR GRACIA Y SIMPATIA

Los seres humanos nunca dejan de sorprenderme, sobre todo, por el contraste que presentan sus dos diferentes facetas: por un lado, todo aquello que representa al bien, que muestra afecto, sensibilidad, belleza, cortesía... Y por otro, todo aquello que personifica al mal, como el egoísmo, la hipocresía, la intolerancia, la desconsideración...

Quizá, lo más curioso de esta doble faceta, se muestra en la relación con los demás: ante una persona presenta una cara, y ante otra, exhibe una actitud completamente diferente. A veces, incluso entre los propios familiares, que ante ti, muestran una actitud de afecto, de aprecio, de respeto, y cuando no estás presente, hasta por el simple hecho de querer ganarse la simpatía de otra persona o caer en gracia, son capaces de hablar mal de ese familiar ausente, gratuitamente, con una actitud totalmente contradictoria con la que muestran hacia esa persona de la que tan fácil nos resulta hablar mal a sus espaldas.

No deja de sorprenderme esta característica de la personalidad humana, que también es capaz de ridiculizar o burlarse de una persona para parecerle graciosa a otra. Es fácil hacerlo, y además, lo hacemos con soltura. Y quizá, lo peor de todo, es que resulta una actitud aprendida, que vivimos de nuestros padres y transmitimos a nuestros hijos, pero que encima sea para ganarse la simpatía o el afecto de otros... ¿Cómo podemos ser tan mezquinos?

Generalmente no oímos lo que se dice a espaldas de nosotros, pero ¿Qué pasa si en alguna ocasión llega a nuestros oídos? Duele ver esta actitud de la gente que apreciamos. ¿Seríamos capaces de reconocer esta conducta y evitarla?

--   Daniel Balaguer    http://www.danielbalaguer.es    https://sites.google.com/site/danielbalaguer