TODO BAJO CONTROL
UN BICHO RARO
-- Daniel Balaguer http://www.danielbalaguer.es https://sites.google.com/site/danielbalaguer
EL SENTIDO DE LA FE
A menudo los seres humanos han debatido sobre la existencia o no de fuerzas divinas. Se dice también que creer en algo no visible ni demostrable científicamente, es sólo cuestión de fe. La fe, simplemente se tiene o no se tiene. Pero ¿Qué es la fe? Dicen que mueve montañas. ¿Cómo lo podríamos explicar?
Quizá podamos utilizar el sencillo ejemplo de las espinacas. Se dice que hacia 1930 las autoridades sanitarias de un conocido país se vieron desbordadas por el aumento del número casos de anemia producidos por la falta de hierro. Pronto se iniciaron campañas entre la población para popularizar el consumo de alimentos ricos en este mineral. Según un estudio publicado en el año 1870 y por un error en la trascripción del intérprete, se trascribieron mal los datos originales, corriendo los decimales de la cifra y por tanto, multiplicando por diez el contenido en hierro de las espinacas.
Este error dio lugar a que se disparase la producción y el consumo de espinacas, incluso llevándolo a la televisión a través de un personaje animado que al tomar espinacas, cobraba una fuerza y vigor espectaculares. Aunque luego se descubrió el error, el aura del personaje siguió eclipsando la realidad y el mito aún persiste en nuestros días.
Esto explica el poder de la fe. Los seres humanos parece que necesitamos creer en algo para movilizarnos, para producir y consumir espinacas, para verlo en la televisión, indistintamente que el origen de esa creencia esté fundamentado en errores o imperfecciones. Creer en algo nos ayuda a ser mejores, a sacar fuerzas, a mover el poder de la humanidad. Y mientras, los que no creen, los que están convencidos de que estamos aquí por una serie de mutaciones aleatorias, producto de la evolución, quizá se limitan a vivir, naciendo, creciendo, trabajando, amontonando riquezas, reproduciéndose y envejeciendo sin más, como robots, tal vez también sin preocuparse por los demás.
-- Daniel Balaguer http://www.danielbalaguer.es https://sites.google.com/site/danielbalaguer
UNA QUEJA
A menudo oigo la gente quejarse: si está calvo, si tiene demasiado pelo, si tiene trabajo, si no tiene trabajo, si tiene los cabellos rizados o si los tiene demasiado lisos; si está casado o si no tiene pareja; si está solo, o si un pesado quiere que le acompañe a algún sitio; si tiene hijos chicos o si son chicas; se queja también del tiempo, de los políticos, de los vecinos, de la programación televisiva, de los anuncios, de la manera de pitar el árbitro o del entrenador de su equipo de fútbol favorito... Así, sea como sea, parece que todos nos quejamos de todo. ¿A qué se puede deber tanta insatisfacción? Se dice también que debemos aprender a ser optimistas, pero la mayoría parece que ve más fácilmente el lado oscuro de las cosas. ¿Porque vemos siempre la parte más miserable de las cosas y somos más proclives al pesimismo y la queja?
Quizá todo se deba que nos han educado más así y tenemos esta actitud aprendida, y por tanto, una oscura manera de ver la vida programada en nuestro subconsciente. Pero por otro lado, lo curioso es que cuando nos quejamos de los otros, siempre lo hacemos a sus espaldas: tampoco hemos aprendido o nos han enseñado a decir las cosas a la cara, sin ofender, buscando las soluciones para llevar a cabo la mejor convivencia. También a menudo nos gusta quejarnos, pero cuando alguien se queja de nosotros, eso no nos gusta tanto. Parece que nos ofende.
Entonces, esto nos permite ver la compleja dimensión de las relaciones humanas, que como seres dotados de inteligencia, en lugar de buscar soluciones, una vez tras otra nos enfrascamos creando problemas y más problemas de diversa índole, que a menudo nos cargamos en la mochila negra, quizá buscando utilizar posteriormente nuestra inteligencia para tratar de solucionarlos. No es por nada, pero parece un derroche de energía. ¿Acaso no tenemos nada mejor que hacer?
Quizá el primer paso para corregir esta manera de ver las cosas y de actuar, es percatándonos de estas actitudes arraigadas en nuestra manera de ser y ver que también nos rodean en el grupo de personas entre las que nos movemos. Una vez detectadas, el siguiente paso consistirá en hacer el esfuerzo necesario para liberarse de ellas y corregirlo, aprendiendo a ser más positivos. Por supuesto que no debe ser nada fácil encontrar el lado positivo de una tragedia. No hay optimismo que valga, pero seguro que con el tiempo, la práctica y las últimas vivencias, si no nos dejamos arrastrar ni alimentamos el negativismo, veremos como surgen nuevas oportunidades que aportarán luz y color a nuestras vidas.
-- Daniel Balaguer http://www.danielbalaguer.es https://sites.google.com/site/danielbalaguer