No voy a hablar del modesto equipo de música que hay en mi casa, sino de la fidelidad. Quizá, casi sin duda, la palabra fidelidad nos lleva directamente a pensar en una relación de pareja. Pero sólo como dato curioso, su significado original está vinculado a la lealtad de una persona hacia un señor o rey, y según su etimología, significa servir a un dios. ¡Qué cambio!.
Además, a menudo las tiendas, los hipermercados, las compañías de teléfonos, las gasolineras, etc. también nos ofrecen sus tarjetas u otros métodos de fidelización de clientes. ¿Por qué nos preocupa tanto la fidelidad?. O lo que es peor, y centrándonos dentro de la relación de pareja, ¿por qué nos preocupa la infidelidad?. Quizá se deba a que somos seres inseguros, posesivos, que buscamos la estabilidad y nos preocupa la incertidumbre, además de la soledad, el desengaño, el abandono, la traición.
Entonces, a lo largo de la historia el ser humano ha ido desarrollando las mil y una maneras posibles para luchar contra la deslealtad, asegurándose así la fidelidad de una persona, de un ejército, de unos súbditos, de un aliado, de la pareja... Se han creado sacramentos, rituales, leyes y castigos, con los que se pretende acotar los límites de una relación, para evitar esa posible infidelidad, convirtiendo la lealtad en una obligación, que quizá igualmente acaba atentando contra las libertades particulares de cada uno. Ahora bien, ¿qué pasa cuando todo esto pierde validez?.
Realmente, si tanto nos preocupa este hecho, también hay que preguntarnos: ¿Por qué puede darse la infidelidad?. Quizá no hace falta darle demasiadas vueltas al asunto y es necesario aclarar que si hay satisfacción entre las partes implicadas, la fidelidad estará, sin necesidad de querer poseerla y controlarla. Ahora bien, cuando empiezan a haber insatisfacciones, u otros nos puedan ofrecer una cosa más adecuada a nuestros intereses, es cuando se abre la puerta hacia el mundo de la infidelidad.
Así que quizá, siguiendo su lógica, para evitar todo tipo de infidelidad, es necesaria la plena satisfacción de las partes implicadas en una relación, sea del tipo que sea, también reciclándose constantemente cada uno para adaptarse y ofrecer lo mejor al otro. Y por supuesto, el primer paso por conseguir todo esto, es la comunicación. Pero bueno, después de todo, no puede ser tan sencillo, porque para eso somos especialistas en complicar las cosas.-- Daniel Balaguer http://www.danielbalaguer.es https://sites.google.com/site/danielbalaguer